Sánchez critica a ZP y a González: «Representan el PSOE del pasado y la nostalgia»
El ex secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, cargó duramente en el debate entre candidatos contra los ex presidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Para Sánchez, ambos mandatarios «representan el PSOE del pasado y de la nostalgia».
Una frase que hirió profundamente a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, quien le acusó de que el problema era él mismo tras quedarse solo. «Tu problema no soy yo, tu problema eres tú. Zapatero, que te ayudó mucho, ya no se fía de ti. Ni Felipe González, que se siente engañado por ti, te apoya. La gente que te acompañaba ya no se fía de ti», dijo la lideresa en pleno debate.
Unas palabras desgarradoras que, más tarde, el equipo de Sánchez confirmaría que fue lo que «más le dolió» al ex secretario general de todos los comentarios que se hicieron en el debate. Sánchez tuvo el apoyo de Zapatero desde el principio. El ex presidente le apoyó hasta en los momentos más difíciles, cuando todavía no se desenvolvía del todo en los medios y decía cosas como que hay que suprimir el Ministerio de Defensa. Zapatero estuvo ahí. Al otro lado del teléfono para aconsejarle.
Sin embargo y según el entorno del ex presidente, Sánchez «no se dejaba aconsejar y hacía lo le daba la gana en cada momento». Pronto pasó a ser «una persona que no es de fiar», según las mismas fuentes. Y no fue para menos cuando Sánchez hirió el orgullo de Zapatero al pedir la modificación del artículo 135 de la Constitución que él mismo consensuó con Mariano Rajoy ante las exigencias de Bruselas.
Fue a partir de ahí cuando hubo críticas cruzadas a través de los medios y la relación pasó a ser inexistente hasta el punto de no contar con Zapatero para los actos de campaña de las elecciones. «Si no les gusta lo que hice que no pidan ahora apoyos», dijo el ex presidente a un medio de comunicación. El malestar en el entorno de Sánchez aumentó cuando, según ellos, Zapatero se encargó de presentar a Díaz a empresarios importantes mientras Sánchez era secretario general del PSOE.
Una historia de desplantes parecida sucedió entre el ex presidente Felipe González y Sánchez. La «soberbia» del ex secretario general, según algunos dirigentes, alcanzó cuotas muy altas para con González. El ex presidente quiso desde el primer momento tener buena relación y sintonía pero conforme iban pasando los meses y las llamadas entendió que no tenía ni voz ni voto dentro de los muros de Ferraz. Un histórico del partido, conocedor de todos los entresijos, preocupado por la deriva que estaba tomando el partido con Sánchez al frente.
Dos derrotas históricas que lastraron el ánimo de los históricos al sentirse ninguneados por el nuevo líder socialista. Pero, definitivamente, fue el ‘no es no’ de Sánchez a Mariano Rajoy quien terminó por lastrar lo que ya estaba condenado al fracaso.
Sánchez no dio su brazo a torcer mientras se reunía con los nacionalistas a escondidas y condicionaba un posible ‘gobierno del cambio’ sin el apoyo de los suyos. Podemos le hizo perder el tiempo y mareó la perdiz con revueltas internas sobre aceptar o no el ofrecimiento socialista. El 1 de octubre, Sánchez quiso votar un Congreso apresurado para renovar su liderazgo y llegar a La Moncloa a base de intentar formar Gobierno las veces que hiciera falta.
El ex secretario general perdió la votación y se vio obligado a dimitir. Lo que él llamo «un derrocamiento» de los barones del partido. Felipe no mintió. Sánchez ordenó preparar la abstención incluso se lo ordenó a su equipo (preparar el triunfo de Mariano Rajoy). Algo que Sánchez quiso y ha querido ocultar por la mala imagen que le supondría. El ex presidente guardó silencio y fue el libro de Jordi Sevilla el que, recientemente, lo desvela. Los más cercanos al ex presidente señalan que «Felipe ha tenido motivos, más que sobrados, para no creer ni apoyar a Sánchez».
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